También allí escribirá su alabanza de don Álvaro de Bazán, su glosa a la muerte de Fernando de Herrera, con quien se dice que mantuvo amistad, o su soneto Al túmulo del rey Felipe II en Sevilla, en 1598, cuando salga de prisión. Y es que el 14 de junio de 1594 hace un nuevo pliego de rendición de cuentas, ya que en abril de ese mismo año queda desmantelado el anterior sistema de requisas por Felipe II, con lo cual Cervantes se queda sin trabajo; con 47 años regresa a Madrid, aunque pronto se le encomienda una nueva misión recaudadora en Granada. En Sevilla, depositará parte de la recaudación obtenida en la demarcación de Granada en la casa de banca del comerciante Simón Freire, que quebró en 1597. Miguel de Cervantes no pudo hacer efectivas las cantidades cobradas a los deudores de la Corona y fue encarcelado por Gaspar Vallejo en Sevilla. Así, ingresó en la Cárcel Real de Sevilla, estará en ella hasta abril de 1598. En esta época los funcionarios recaudadores eran responsables de los cobros que debían efectuar, por lo que al quebrar su banquero, unido a ciertas irregularidades, debió responder de la deuda con el Estado. Es en esas circunstancias cuando empieza a escribir El Quijote.

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Sevilla recuerda a Cervantes con un busto de bronce en la calle de Entrecárceles, donde antaño estuvo la Cárcel Real, así como una glorieta en la Plaza de América, en el Parque de María Luisa, especialmente dedicado al Quijote y, a partir de 1916, con una serie de placas de azulejos, repartidas por diversos lugares de la ciudad vinculados al escritor y que fue bautizada humorísticamente como 'Via Crucis Cervantino'.

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REFERENCIAS LITERARIAS CERVANTINAS

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El Quijote tiene trasfondo andaluz, más allá de su referencia en el prólogo a la cárcel real de Sevilla. Buena parte de las aventuras del ingenioso hidalgo tendrán lugar en el camino real a Sevilla, sin que falten alusiones a Sierra Morena, o las peripecias del capitán cautivo y Zoraida rumbo a Sevilla. Sevilla aparece especialmente mencionada en dos de sus novelas ejemplares, de 1613, al margen de "La española inglesa" o "El celoso extremeño". Se trata de:

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-"Novela y coloquio que pasó entre Cipión y Berganza", más conocida como "El coloquio de los perros", novela ejemplar, de género picaresco, en la que se menciona Sevilla.De hecho, su alusión al colegio sevillano de la Compañía de Jesús, en boca de Berganza, ha hecho presuponer que Cervantes hubiera podido acudir allí como alumno durante alguna estancia de su padre en dicha ciudad, en la que, de ser cierta esa hipótesis, siendo adolescente, habría conocido a Lope de Rueda.

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-"Rinconete y Cortadillo", novela ejemplar, de género picaresco, cuya trama está ambientada en Sevilla, por no hablar del Mesón del Sevillano, en Toledo, donde trabaja Constanza, la ilustre fregona. Cervantes describe una Sevilla en donde hay tres lugares que escapaban a la autoridad del rey: la calle de la Caza, la Costanilla y el Matadero. Por no hablar del patio de Monipodio en que les asigna un área que comprende desde la Torre del Oro, por defuera de la ciudad, hasta el postigo del Alcázar. La apaleada Cariharta dirá el lugar en donde sufrió el castigo de su chulo: detrás de la Huerta del Rey, en unos olivares. Los viejos avispones u ojeadores irán a la Casa de la Contratación y a la Casa de la Moneda para seguir a los que sacaban dinero y ver dónde lo llevaban. El mismo libro de memoria de Monipodio nos da otro lugar de Sevilla: entre las víctimas hay un bodegonero de la Alfalfa.

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Clemente, el paje de "La Gitanilla", pensaba escapar de la justicia camino de Sevilla, aunque finalmente no lo hace, a causa de los problemas que allí había tenido la abuela de Preciosa con un gorrero llamado Triguillos.

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En "El celoso extremeño", Cervantes describe: "hay en Sevilla un género de gente ociosa y holgazana, a quien comúnmente suelen llamar gente de barrio. Éstos son los hijos de vecino de cada colación, y de los más ricos della; gente baldía, atildada y meliflua, de la cual y de su traje y manera de vivir, de su condición y de las leyes que guardan entre sí, había mucho que decir; pero por buenos respectos se deja".

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También aparece mencionada la ciudad en Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados, de 1615, especialmente en "El rufián dichoso", comedia de carácter picaresco donde se menciona Sevilla.

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En “El Coloquio de Los Perros”, uno de los protagonistas de la obra, Berganza, abandona el mundo de alguaciles, escribanos, prostitutas y rufianes asociados al robo, y se une a una compañía de soldados muy cerca de Sevilla, en Mairena del Alcor.

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