Eritrea es un país situado en el Cuerno de África, con una extensa costa a lo largo del Mar Rojo. Su historia reciente está definida por una de las guerras de independencia más largas de África, una lucha de 30 años para separarse de Etiopía que finalmente culminó con su independencia oficial en 1993. Esta guerra y los posteriores conflictos han moldeado profundamente su identidad nacional, basada en un fuerte sentido de autosuficiencia y resiliencia. El país es un estado unipartidista altamente centralizado, lo que ha llevado a un considerable aislamiento internacional y a ser apodado a veces la "Corea del Norte de África".

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A pesar de su aislamiento, Eritrea posee tesoros únicos. Su capital, Asmara, es un lugar extraordinario declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. ¿La razón? Es una de las concentraciones de arquitectura modernista y futurista italiana de principios del siglo XX mejor conservadas del mundo, un legado de su pasado como colonia italiana. La ciudad parece una cápsula del tiempo, con cines, cafés y edificios de estilo Art Decó. Además de Asmara, el país cuenta con las islas del archipiélago Dahlak, un paraíso casi virgen para el buceo en el Mar Rojo, y una increíble diversidad de paisajes, desde las tierras altas del interior hasta el desierto costero.

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Eritrea is a country located in the Horn of Africa, with an extensive coastline along the Red Sea. Its recent history is defined by one of Africa's longest wars of independence, a 30-year struggle to separate from Ethiopia that finally culminated in its official independence in 1993. This war and subsequent conflicts have profoundly shaped its national identity, based on a strong sense of self-reliance and resilience. The country is a highly centralized one-party state, which has led to considerable international isolation and has sometimes earned it the nickname the "North Korea of Africa."

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Despite its isolation, Eritrea possesses unique treasures. Its capital, Asmara, is an extraordinary place declared a UNESCO World Heritage site. The reason? It is one of the world's best-preserved concentrations of early 20th-century Italian modernist and futurist architecture, a legacy of its past as an Italian colony. The city feels like a time capsule, with Art Deco cinemas, cafes, and buildings. Besides Asmara, the country boasts the Dahlak Archipelago islands, an almost untouched paradise for diving in the Red Sea, and an incredible diversity of landscapes, from the inland highlands to the coastal desert.

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